Quien practica el desapego, aunque sea por un instante, disfruta de una sensación de gozo insuperable. Es como si alguien te quitara de encima el peso entero de la vida y de todos tus problemas, dejándote libre para disfrutar. Desear es querer atrapar, lo que no resulta en sí malo. El desapego es invitar y esperar la respuesta, lo que es todavía más potente. Desear significa "querer ir hacia" mientras que desapego es sólo atraer. El deseo constituye una fuerza que viaja en línea recta desde tu mente hasta el objeto de tu deseo.
Puedes lanzar un deseo al Universo, luego volver a tu centro de poder y utilizar otros instrumentos y manifestaciones de este mismo poder como: la fe, la confianza, la paciencia o la gratitud.
Tu desapego, es una expresión de profundo respeto hacia la vida, el Universo y hacia ti mismo/a.
El desapego y el deseo son en realidad buenos amigos.
Recuerda que no se trata de ir persiguéndo tu deseo, sino de atraerlo hacia ti. Esto se hace cambiando tu vibración personal para alinearla con la de tu deseo. Es un trabajo de humildad y de pacificación interior, ya que dejas de utilizar la fuerza.
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