martes, 23 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN COMPARADA CON EL FLUIR DE UN RÍO

Para la pràctica de la meditación es esencial mantener una actitud observadora. Al aprender a observar, la mente puede liberarse mientras, a la vez, permites estar alerta y receptivo.  Podemos comparar la mente con un río que nunca deja de fluir. Los pensamientos circulan por las corrientes de la mente. Para la mente el hecho de pensar es cumplir con su naturaleza. En vez de intentar controlar tus pensamientos, puedes aprender a desarrolar una nueva relación con ellos. Al aprender a contemplar tu río de pensamientos, lograrás liberarte de las respuestas condicionadas. Y, contrariamente a lo que podríamos esperar, al aprender a despegarse será capaz de experimentar la vida más a fondo, porque los filtros de la mente ya no supondrán un obstáculo.
Dedicate a observar, detectar, descubrir, reconocer y percibir tus pensamientos. Déjalos pasar y saborea el momento como un rio de calma.

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